dijous, 31 de gener del 2008

Life is a cabaret, old chum

Análisis del film 'Andrei Rubliev' de Andrei Tarkovski para Estética.

Mi trabajo no es más que una sarta de tonterías con pinceladas de soberbia y comicidad. Aunque venga acompañado de una búsqueda que sin duda me ayudará a sentar mi relación con la estética y la poiesis en general. Creo que le voy a poner una foto de blondie en la portada, para ser todavía más kitsch e inoportuna.

El snob

En mi snobísima opinión, todo aquél que se pronuncie a favor del agradamiento de la película Andrei Rubliev de Tarkovski es indefectiblemente un snob. Semejantemente, no puede ser de agrado la música concreta o dodecafónica pues produce dolor de cabeza. Ni de buen gusto alabar el Finnegans Wake de James Joyce pues nunca será apetecible su lectura. El aburrimiento que producen la lentitud de las imágenes, el juego de silencios, la ausencia de colores y la falta de clímax y tensión dramática exaspera a cualquiera, incluso a aquéllos que intentan negarlo alegando, no sin razón, la belleza de las imágenes, la evolución interior de los personajes y la retórica de signos de su director.

Imágenes igualmente bellas son los colores de Badlands de Terrence Malick, el blanco y negro de El lago de los cisnes de Tchaikovsky o la canción A room with a view de Blondie que confiesa que le gusta ver a su amante en la ducha, sin la necesidad de sumirnos en un estado soporífero de adormecimiento, ya sea después de desayunar, comer, merendar o cenar; por la mañana, tarde o noche. Igualmente, intentaré ser benevolente en mi análisis de los personajes del film, procurando no juzgar desde mi criterio más bien inocente y cálido, la frialdad y actitud altiva del director ruso.

La creación

Dios fue el primer creador de la historia, pues lo creó todo. Quién creó a Dios es una pregunta de la que no quiero ocuparme hoy. Dios, como buen creador del terror, en seis días lo tuvo todo hecho, y, según él, a la perfección. A mi parecer él es el único en creer en esa perfección, a excepción de aquéllos que por demasiada empatía religiosa a su ídolo amado, ven la fealdad y maldad como parte de la perfección por oposición. Dado que Dios lo creó todo, sería impensable plantearnos más figuras de creadores, cada personaje afrontará su estatus a su manera.

Que Tarkovski empiece su film con un inventor no me parece irrelevante. El inventor es el creador por antonomasia. El amigo de Agrip inventa el globo. Aprende a volar. Desafía las leyes de Dios y acaba estampándose contra el río. Todo inventor es a su vez un artista, pero no de la belleza, sino de la practicidad. Dirige su trabajo en medio de la praxis, pero debe ser afín a la seducción para con sus invenciones. No hay invención sin deseo, y no podemos separar el deseo de la pasión del alma. El amigo de Agrip no sólo inventa el globo, sino que por amor es el primero en utilizarlo. Vuela y cae. El ciclo de la vida, signo irreverente de la vida de Rubliev.

Los feos

Teófanes no es de mi agrado. Es un sabio soberbio. No quiere escuchar, sólo quiere hablar él. Le gusta demasiado que lo admiren. Es feo. Según el ideal griego de la perfección de kalokagathia, la fealdad física puede asociarse con la fealdad moral. Teófanes es feo y en muchos casos asqueroso. Teófanes el griego afronta su creación llamándose laico. El creer no creer en Dios le facilita autodenominarse creador. Paradójicamente, en contra a sus no-creencias, Teófanes pinta iconología religiosa y es capaz de recitar pasajes enteros del Nuevo Testamento.

Quien también es feo es el bufón. En su caso la fealdad es distinta, pues en según qué planos tiene un aspecto atractivo. El bufón es un creador a escondidas. Según he leído el propio actor se inventó los cantos. El bufón es un creador que nunca se atrevería a llamarse a sí mismo artista, mucho menos creador. En estética camp, como dice Susan Sontag “es bello porque es horrible”, podríamos llamar a lo que hace arte, siendo él totalmente retórico, únicamente volcado al entretenimiento. La justicia, por considerarlo totalmente feo moralmente pues estaba prohibida en esa época la comicidad, lo afeará físicamente en exceso cortándole la lengua, de forma que pierda cualquier atractivo y a la par deje de ser capaz de crear.

El más feo de todos es sin duda Cirilo. Tiene marcada la cara y cara de enemistad en todo momento. Siempre nos parece viejo, aunque no deba serlo mucho más que Andrei. Su única pasión es la envidia, que lo lleva a la frustración y al fracaso. Ayudado por Teófanes acabará corroído por esta envidia y deberá alejarse de todos. Su odio; la emoción que incita a el alma a querer ser separada de los objetos que se presentan como perjudiciales, y su fracaso como creador le sitúan incluso en la incapacidad de ser amado y recibir y ofrecer fidelidad a nadie: mata al perro. Su evolución es hacia el arrepentimiento, según Descartes la más amarga de las pasiones. Amargamente tendrá que escribir 15 veces las escrituras sabiendo que no podrá terminar. Dulcemente ayuda a Rubliev a reconsiderar su silencio. Cirilo no se ve capaz de afrontar su papel de creador y después de abandonarla durante tres años, acabará por abandonar a Dios yendo al mundo laico, donde cree que encontrará la libertad.

La fealdad

He hablado de los artistas o hombres feos del film de Tarkovski. Aprovechando esto me parece interesante hablar sobre la fealdad en el arte, y no en la persona humana. Andrei Rubliev es indiscutiblemente guapo. Cuando se le pide que pinte algo feo, algo relacionado con la maldad, como es la escena del Juicio Final, no puede hacerlo. ¿Por qué?

Según Umberto Eco en la Historia de la fealdad, saliendo de la edad media, hay todavía una insistencia en el concepto de pancalia o belleza de todo el universo que a mi parecer envuelve en cierto modo la visión iniciática e inocente de Andrei Rubliev en la primera parte. Tarkovski nos presenta a su protagonista con las mismas ideas que Rousseau, el hombre no es malo por naturaleza, sino por condiciones de la vida. No sólo eso, sino que justifica su acción como creador con estas premisas. Recordamos que en el bosque Rubliev dice a Teófanes que no debería pintar si cree realmente en la maldad humana. Siguiendo mi intención de ser benevolente quiero añadir en este punto que la escena de la crucifixión con la voz en off de Rubliev me parece excepcional. El chico de la derecha es el más guapo del film, y las manos blancas de la chica blanca sobre la nieve blanca proponen una poesía simple del dolor que roza la perfección.

Umberto Eco prosigue su análisis observando que la introducción de la fealdad y el sufrimiento de Cristo en las primeras reproducciones de su crucifixión estimula otros tipos de fealdad exacerbada con fines moralistas. Los fines moralistas se consiguen a través de la creación hacia el terror ajeno. Rubliev en sus inicios no cree en eso. Su misión como creador no es aterrorizar al pueblo. Rubliev desea ser un apasionado del amor. Rubliev quiere encontrar en la verdad la belleza y la bondad absolutas. Rubliev empieza pintando para el pueblo, creyéndose un artista retórico. Su experiencia le hará evolucionar.


La trinidad (bande à part)

No voy a hablar de la pintura más famosa de Andrei. Sino de la analogía con la trinidad que hace Tarkovski con la elección de tres pasajes de la vida de Andrei que destaca para explicarnos su evolución interior no sólo como persona, también como creador. Diría que al salir del monasterio se encuentra con ellos tres, pero sería mentira, pues seguramente se encuentra con más cosas que el director no ha querido destacar, y pasan años entre un encuentro y otro, de esta forma es Tarkovski quien decide que sean estas tres las que producen la catarsis de Rubliev.

Se trata de los tres encuentros con los pecados que acaecen al protagonista en su viaje hacia la búsqueda de la verdad platónica (platónica en su sentido más convencional ahora mismo). En primer lugar se encuentra de cara con la obscenidad, en segundo lugar se encuentra de cara con el amor carnal y en tercer lugar se encuentra de cara con la muerte. Lo más importante en cada uno de estos encuentros no es tanto la visión de ellos, pues seguramente ya estaba prevenido de estas visiones, sino su reacción frente a ellas.

La obscenidad es representada por el personaje del bufón. La comicidad (sobre todo por obscenidad) es considerada un pecado en esa época. El bufón no sólo les convida a entrar en su morada, sino que les ofrece cerveza casera a los monjes. La humildad y bondad con que reacciona en todo momento el bufón sorprenden a Rubliev, igual que lo hacen la violencia y maldad de los guardias. Asimismo, Rubliev es sorprendido por su no sentimiento de desaprobación total. Es un primer inicio a su catarsis.

El segundo elemento destacado es el amor carnal de la chica pagana. Me gusta pensar que Rubliev pasa la noche con la chica pagana (y por tanto pecadora) que ultrajando sus compañeros le ha besado y liberado. Me gusta pensar que Andrei vive con ella una noche apasionada de sexo libre totalmente desnudos en medio del bosque entre antorchas y estrellas. Me gusta pensar que esa noche entiende lo que es el amor ardiente y se dedica a entregárselo a Marta con todas sus fuerzas. Que disfruta de su aterradora belleza mirándole, oliéndole, tocándole, besándole, en fin sintiéndole todo el cuerpo. En todo caso, pase o no pase eso, una defensora del amor carnal le ayuda. El amor carnal que era maldad se convierte en bondad convirtiéndose así en el segundo elemento de catarsis de Rubliev según Tarkovski. Además en mi opinión él cede a los placeres del amor carnal (y si no cede se hace evidente que de alguna forma le han gustado) por lo que en este caso también se sorprende a sí mismo por su reacción.

El apogeo de su catarsis será ya en la segunda parte, en la iglesia, rompiendo un mandamiento. No matarás. Pero si vienen los malos y se llevan a la niña no hay mandamiento que valga. El amor al prójimo es mayor al amor a la voluntad de Dios. Su relación con la muerte es de un fuego escandaloso entre violación tortura y asesinato. Y su respuesta es matar. Es convertirse de nuevo en pecador. Pero ahora ya no es un pecador en la belleza, sino un pecador en la maldad. Llega al final de la experiencia. Vende su alma a la pasión.

Estas tres situaciones, en especial esta última, son las que Tarkovski cree producirán en Rubliev un exceso de admiración tan grande que derivará en asombro. Un asombro que le durará muchos años, hasta que pueda por fin sentir piedad y con ella amor de nuevo. Andrei había querido toda su vida pintar el zoe, pero no encontraba como. Sufre una epifanía en estos tres episodios, sobre todo en el contacto directo con la muerte por asesinato. Renato Descartes dice que el asombro “hace que todo el cuerpo permanezca inmóvil como una estatua, y que no se pueda percibir el objeto que ha presentado la primera faz” no pudiendo ser nunca más que malo. En su día nosotros lo definimos como quedarse ciego. Rubliev queda asombrado durante años.

La experiencia le hace evolucionar. En su estado de asombro entenderá su papel como creador. Él no le debe a la belleza, ni a la verdad, ni a los demás. Él se debe su talento a sí mismo. Él no debe encontrar la belleza a través del flujo directo de la forma, sino a través del límite de la forma. Rubliev no es un artista retórico, es un artista del terror.

And the bells are ringing out for Christmas day…

El sonido de la campana es un sonido recurrente durante toda la película de Tarkovski. Ya en los créditos suenan campanas al igual que sonarán en los grandes momentos del film. Evidentemente no son campanas que suenen por el día de Navidad. El título de este capítulo de mi trabajo forma parte de la canción Fairytale of New York y lo he elegido para no ser tan evidente titulándome ‘Campanas’ o ‘El niño campanero’. Todo es más bonito así, las luces de Navidad también son bonitas, porque son de colores, cosa que no hay en la película de Tarkovski. Víctor, este trabajo me está matando.

El sonido de la campana despierta a Rubliev de su sueño definitivamente. Esto es una metáfora, pues no es exactamente el sonido de la campana, igual que no es exactamente la simple visión del niño campanero (que por cierto también me parece bastante guapo) llorando lo que despierta a Rubliev de su silencio. Lo que despierta a Rubliev de su asombro es la piedad. Es infinitamente clara la analogía entre la imagen de La Piedad de Miguel Ángel con la de Andrei abrazando al campanero.

El fuego aparece en el caso de la campana no como medio de destrucción como en la guerra, sino como medio de creación. El campanero es un artista, es un inventor, es un creador. Se asemeja a Rubliev en tanto que encuentra su proceso de trabajo a través de la experiencia, por eso Rubliev entiende su desesperación y tristeza, pues se siente identificado con él. La piedad siempre va asociada a la identificación.

Andrei se da cuenta en este momento que ha dedicado su vida a divagar entre la praxis, la gnosis y la poiesis. Quería trabajar de monje, trabajar para los demás, trabajar para Dios. Quería saber la verdad, saber la maldad, saber la belleza. Quería crear. Su fe como creador debe encontrarse únicamente en este único deseo. El deseo de los deseos, el deseo de la creación. Decidió dejar de trabajar para los demás, decidió dejar de preguntar, decidió dejar de pintar. Se da cuenta que no es eso lo que debe decidir. Decide crear. Decide dedicar su vida a ser un artista, a la seducción, a los colores.

Piedad. Colores.

Totalement, tendrement, tragiquement

Es bonito que una película sobre el color no tenga colores más que en los últimos segundos. Es bonito que la presentación de los personajes se haga a modo de teatro y que el film se divida en actos. Y los actos sean años. Y los años pasen. Es bonita la nieve dentro del templo, aunque Rubliev la considere terrible. Es bonita la nieve por todas partes y son todavía más bonitos los troncos helados y apilados formando paredes. Son bonitos los planos largos de seguimiento sin cortes. Entrando por las puertas, saliendo por las ventanas, detrás del lago, desde las nubes, bajo la lluvia. Los animales no me gustan, pero son preciosos los caballos negros. Sean o no sean negros. Retozando o galopando. Escapando o muriendo. Grandes y mojados. Son bonitas las voces de mujeres que no existen y las miradas de mujeres que sí existen. Es bonito que Andrei ame a las mujeres por encima de la comprensión convencional de Dios. Son bonitos los cabellos sueltos y las trenzas de las muertas. Son feas las hormigas, pero bonitos los bosques que tienen ríos. Y los ríos que bajan. Y los ríos que no se mueven. También son bonitas las mentiras, si son inocentes y no paran de comer. Es bonito que sólo rezando el alma pueda ir de lo invisible a lo visible. Las despedidas con besos. Los sueños de los muertos. Los fuegos encendidos. Los fuegos apagados. Y las flechas. Es cínicamente bonito que le claven los clavos con hachas. Son bonitas las catedrales blancas.
Es bonito Andrei Rubliev.

The end.

dilluns, 21 de gener del 2008

Dansa i salut

Abans:



Després:

divendres, 18 de gener del 2008

Do you love me?



Sempre m'he preguntat perque la noia de Dirty Dancing és tan lletja. Si fos més guapa Dirty Dancing seria una de les meves pel·lícules més que preferides. Com no ho és vaig preferir aprendre'm Grease de memòria. L'Olivia Newton John sí és guapa.
M'estimes ara?

dimecres, 2 de gener del 2008

Propòsits



Top five propòsits pel 2008:

1. No deixar de fumar.
2. Ordenar els cd's.
3. Provar un plat de llentíes,
4. Tornar les pel·lícules al videoclub.
5. Buscar al diccionari de la llengua catalana si existeix la paraula propòsits.

Feliç any nou a tothom.